¿Quo Vadis CyL?

Por Víctor Hortigüela Revilla

Cada mañana durante el desayuno, doy un repaso a las noticias de Castilla y León, siempre optimista y con la esperanza de empezar el día con un gran titular, que implique el inicio de un cambio de tendencia en la decaída actividad económica de mi tierra, de la que estoy alejado profesionalmente por motivos que el lector puede entender sin que tenga que dar muchas explicaciones, y a la que espero volver algún día.

Los titulares aparecidos en diferentes medios de comunicación y que recuerdo de los últimos meses no son alentadores; como muestra, algunos ejemplos:

-Las cifras de creación de empleo y de creación de empresas en Castilla y León se sitúan entre las más bajas de las Comunidades Autónomas de España.

-El número de personas que se desplazan diariamente en tren, entre Valladolid y Madrid, aumenta todos los años desde que la alta velocidad llegó a Valladolid.

-El centro comercial Vallsur sale a la venta arrastrado por el freno a su plan de expansión en Valladolid.

-La firma de hipotecas en febrero de 2018 se dispara en toda España, a excepción de Castilla y León y Extremadura.

Son muchos los indicadores económicos que reflejan la paulatina salida de la crisis económica que durante tanto tiempo nos ha azotado en España, si bien es cierto, que esta salida se está produciendo a dos velocidades, pues mientras unas comunidades avanzan con paso firme hacia una nueva etapa de crecimiento económico, otras se están quedando atrás, entre las que por desgracia se encuentra Castilla y León.

Considero que Castilla y León dispone de los mimbres necesarios para apuntarse al carro de la recuperación, entre los que destacaría por una parte, los excelentes profesionales que dispone esta Comunidad y por otra, la proximidad de algunas de sus provincias a Madrid (actual hervidero de actividad económica), situación que se debería aprovechar, al igual que lo están haciendo otras provincias de comunidades limítrofes.

En mi opinión y desde la perspectiva que dispongo al residir fuera de mi Comunidad, para revertir la situación en la que se encuentra Castilla y León es necesario y diría que obligado que afloren nuevos líderes que tiren del carro de la recuperación, principalmente en lo político. Obsesionados con las siguientes elecciones, pocos políticos piensan a largo plazo, lo que impide el desarrollo de planes estratégicos que transmitan confianza y garantía a los profesionales y empresarios que están buscando nuevas localizaciones para sus negocios. Las luchas de poder, internas y externas, que vemos a diario en los diferentes partidos políticos están llevando a mi tierra al caos más absoluto, donde cada vez somos más los profesionales que nos desplazamos a otras comunidades y lo que es más grave, donde empieza a ser norma habitual que los jóvenes, nuestros hijos, una vez que han finalizado los estudios abandonan también esta Comunidad.

Recientemente y tras la publicación de la última Encuesta de Población Activa, el portavoz de la Junta de Castilla y León comunicaba a los medios, que “… la Junta observa sin triunfalismo una tendencia positiva en la recuperación del empleo perdido durante la crisis”. Tras la lectura de esta noticia, la curiosidad me ha llevado a profundizar en la citada encuesta, de la que destaco que en los últimos doce meses, Castilla y León ha tenido una pérdida de población activa de 17.400 personas (sobre un total de 956.000), lo que la sitúa en el vagón de cola junto a Andalucía y Castilla La Mancha.

Nuevamente otro dato descorazonador que sumado a los anteriores, hace que me pregunte:

¿Quo Vadis CyL?